Yosemite en invierno
El invierno coincide con la temporada más tranquila para este emblemático Parque Nacional del Oeste de Estados Unidos. Una época ideal para visitarlo y disfrutar de su espectacular belleza silenciosa bajo el manto nevado, con sus icónicas cúpulas y agujas de granito.
Yosemite se transforma en un mundo completamente diferente en invierno. Las nevadas revelan un lado oculto de su variado terreno, y la menor afluencia de visitantes facilita el acceso y mucho más tiempo para explorar el parque tranquilamente.
El parque ofrece una lista completa de actividades en esta temporada: caminatas con raquetas de nieve guiadas por guardabosques, practicar tubing, esquí o snowboarding en la estación de Badger Pass, esquí de travesía, esquí de fondo, patinaje sobre hielo, paseos en trineo, o incluso reuniones para contemplar el cielo nocturno estrellado.
Aunque algunos de sus accesos más elevados se encuentran cerrados en invierno (de noviembre a junio o incluso más tarde en los años de fuertes nevadas), se puede llegar al valle de Yosemite por carreteras bien mantenidas. Y en el caso de que el vehículo no esté preparado para circular por dentro del parque por la nieve (si no son vehículos 4×4 o están equipados con ruedas de invierno) es posible, además, tomar el autobús diario del sistema de transporte de Yosemite (YARTS) que desde Merced tiene parada por los lugares con alojamiento turístico de camino al valle.
Desde la zona de San Francisco y su Bahía la entrada al valle de Yosemite se encuentra a unos 320 km que se pueden hacer en coche cómodamente en 4 o 5 horas de autopista pasando por Merced, Mariposa y El Portal.